Hace unos días, Sam Altman, una de las voces más influyentes en el mundo de la inteligencia artificial y CEO de OpenAI, compartió sus pensamientos sobre lo que él llama «La Era de la Inteligencia».
Altman comienza con una afirmación poderosa: en las próximas décadas, seremos capaces de hacer cosas que nuestros abuelos considerarían magia. Esto no es ciencia ficción; es el resultado directo de los avances en inteligencia artificial que estamos presenciando hoy. La clave de este progreso, según Altman, se resume en tres palabras: «el aprendizaje profundo funcionó». Esta tecnología, que mejora con más datos y potencia computacional, está en el centro de la revolución de la IA que estamos viviendo.
El CEO de OpenAI cree que la sociedad en sí misma es una forma de inteligencia avanzada. Nos beneficiamos de la infraestructura y el conocimiento acumulado por generaciones anteriores, lo que nos permite lograr cosas que nuestros antepasados hubieran considerado imposibles.
La IA se suma a esta «inteligencia colectiva», proporcionándonos herramientas para resolver problemas complejos y añadir nuevos «puntales» al andamiaje del progreso humano.
Un futuro próspero
Tras esa introducción, Sam Altman proporciona un serie de ejemplo más cercanos a la vida cotidiana que reflejan su visión del futuro:
- Un equipo de IA personal: Altman sugiere que pronto, cada uno de nosotros podría tener un equipo de expertos virtuales en diferentes áreas, trabajando juntos para crear casi cualquier cosa que podamos imaginar. Piensa en tener a tu disposición un diseñador, un programador, un científico y un estratega, todos trabajando en perfecta armonía y disponibles las 24 horas del día.
- Tutores virtuales personalizados: La educación podría transformarse radicalmente. Imagina un tutor virtual que pueda adaptarse perfectamente a tu estilo de aprendizaje, ritmo y intereses. Podría enseñarte cualquier tema, en cualquier idioma, y ajustarse dinámicamente a medida que progresas.
- Atención médica mejorada por IA: Los sistemas de IA podrían analizar tu historial médico, genética y estilo de vida para proporcionar recomendaciones de salud personalizadas y detectar enfermedades en etapas tempranas.
- Creación de software sin límites: Altman sugiere que podremos crear cualquier tipo de software que podamos imaginar. Esto podría democratizar la programación, permitiendo que cualquier persona con una idea pueda convertirla en realidad, sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados.
- Soluciones a problemas globales: Con la ayuda de la IA, problemas que hoy parecen insuperables, como el cambio climático o el establecimiento de colonias espaciales, podrían convertirse en desafíos manejables.
Los desafíos
Por supuesto, Altman no ignora los desafíos que conlleva esta transformación como los cambios en el mercado laboral, donde la IA podría causar cambios, tanto positivos como negativos. Altman sugiere que la mayoría de los trabajos verán esta transformación más lentamente de lo que la gente piensa, pero debemos estar preparados para una transformación gradual pero profunda del panorama laboral.
También habla de los esfuerzos que se deberían hacer para que la IA no sea una herramienta que solo puedan utilizar unos pocos sino que sea accesible para todos. Su tesis es que hay que crear mucha infraestructura para que sea abundante y no un recurso limitado sólo para los más ricos. Para conseguirlo, como ya sabemos, el costo del procesamiento de la IA debe bajar todo lo posible, al tiempo que se tiene acceso a ingentes cantidades de energía y microprocesadores específicos para la IA.
Sin embargo, el mensaje de Altman es fundamentalmente optimista, casi mesiánico. Su creencia es que encontraremos formas de maximizar los beneficios de la IA mientras minimizamos sus daños.
Mi opinión
El texto de Altman es interesante y dibuja un futuro incierto, con desafíos, pero con cambios profundos en la sociedad y en el trabajo. Sinceramente, es difícil predecir cómo serán nuestras vidas en 10 o 20 años y si la IA realmente ocupará un lugar tan importante como cuenta Altman. Ya hemos pasado por otras revoluciones importantes, como el uso generalizado de los ordenadores, los móviles y la propia internet. Todas han supuesto cambios importantes pero una verdadera revolución. A mí, me parece un poco pretencioso hablar de la Era de la Inteligencia como el siguiente periodo tras la Edad de Piedra, la Era Agrícola y la Era Industrial.
